"Saber es acordarse."Aristóteles
Dedicarse a la docencia universitaria en Venezuela es un asunto de vocación. Ser profesor universitario en una Universidad Pública es, además de un tema vocacional, virtualmente un deporte extremo, por las peripecias que hay que realizar con el fin de poder dar un curso medianamente decente, virtualmente con las uñas. Pero ser Profesor en la Escuela de Economía de la UCV es la quintaesencia de los retos docentes…esto si se quiere ser un buen profesor. En adición a las paupérrimas condiciones bajo las cuales se imparte la enseñanza, atribuibles a problemas presupuestarios y a la mala gestión de las “autoridades”, también hay que lidiar con un factor no atribuible ni al gobierno ni a los personajes que “conducen” la Facultad y la Escuela. Este incomodo escollo es la creciente y escandalosa desidia, abandono, negligencia, incuria, abulia, dejadez, descuido, desgano, desinterés, inapetencia, holgazanería, pereza, vagancia y conductas similares que el “estudiante” promedio de la Escuela exhibe con desparpajo.
El semestre pasado (1-2014) no tuve ningún estudiante con
notas de 17,18, 19 o 20. La máxima nota fue un 16 y se obtuvo con nota
apreciativa incluida. Ver a los estudiantes aplastados en sus pupitres con
caras que reflejan una mezcla de fastidio con depresión es una tarea que puede
inducir al suicidio. Para colmo de males los tipos adolecen de los
conocimientos más básicos y elementales que se supone han adquirido en los tres
semestres previos. Dos “Principios de Economía”, una Microeconomía y una
Contabilidad Social han pasado rasantemente
por los cerebros de estos estudiantes sin hacer la más mínima mella. ¿Qué es un
mercado?, ¿Qué propiedades fundamentales tienen el dinero?, ¿Qué es la base
monetaria? y demás cuestiones básicas similares son completamente ignoradas. La
derivada y/o integral más elemental son como chino para ellos. Al ser increpados, todos dicen no haber
recibido clase de tales cosas. Por mucho que haya decaído el nivel de enseñanza
de la Escuela, es muy improbable que tengan razón y es perfectamente factible
que cuando les pregunten por lo que yo les enseñé también respondan lo mismo.
El estudiar solo para pasar exámenes crea un conocimiento
temporal que dura solo unas horas. La
razón: se estudia por obligación y no para saber. El remedio para tales males
lo tiene que tomar cada estudiante por su cuenta, haciéndose consciente de las
consecuencias que esto tendrá para su ejercicio profesional, ya que en este caso la culpa no es ni del
gobierno ni de la escuela de economía:
“Nunca consideres el
estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el
bello y maravilloso mundo del saber.”
Albert Einstein.
Muy bueno, da risa el post aunque es un tema serio resulta tragicómico tienes razón en lo que expones pero también recordé cuando comencé a estudiar economía y desde mi experiencia personal entiendo a los estudiantes, no es que defienda su actitud ya que va a en detrimento de ellos mismos, si no por que yo tenía una actitud parecida, no tenia idea de que estaba haciendo y porque lo estaba haciendo, comencé a estudiar economía con 17 años básicamente porque me mandaron (me di cuenta que a los padres les es mas conveniente decir que su hijo es un estudiante flojo que un flojo que no hace nada)los primeros semestres los pase por mera inercia y presión del grupo, aprendí a derivar pero increíblemente sin saber exactamente que era una derivada y para que servía, y así con muchos temas mas logrando la proeza de aprobar una materia sin entender del todo los temas, años después fue cuando me comencé a interesar de verdad en la economía y tristemente me di cuenta de cuantas oportunidades de aprendizaje desperdicie, mi objetivo no era aprender, mi objetivo era un simple titulo que en el contexto actual del país cada vez vale menos, es desafortunado tener estudiantes así pero los verdaderamente desafortunados son ellos en cuanto se den cuenta de lo que están desperdiciando.
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